domingo, 29 de mayo de 2016

ÚLTIMO ADIÓS A UN CASCO DE BODEGA CON HISTORIA


No me cabe la menor duda que nuestro dios Baco estaría echándose las manos a la cabeza ahora mismo ante la desidia, abandono y demolición de sus últimos reductos en una ciudad que desde siempre ha sido considerada como la cuna del vino y que, actualmente, es conocida con el apelativo “ciudad europea del vino”. Es una auténtica lástima que estas construcciones endémicas hayan caído en el despojo de la ruina como consecuencia de los planes políticos que adolecen de sensibilidad histórica al sustituir esos elementos tan distintivos de nuestra ciudad por otros más modernos que ya disponemos sobradamente. Ya lo decía Washington Irving en sus cuentos de la Alhambra cuando veía a los gitanos debajo de los artesonados haciendo fuego o encima de la Torre de Comares donde Boabdil acordó entregar Granada a los Reyes Católicos: “En España cuanto más insigne y opulenta sea una cosa, mayor será después su caída y decadencia.” Evidentemente, su célebre frase se refería tanto al edificio como a sus moradores, véase el caso de nuestro casco de bodega ubicado en la calle Paúl que ha terminado en la más triste desolación y que será arrasado en cuestión de pocos días.


El último adiós a un casco de bodega datado del siglo XIX, emplazado entre esbeltos edificios que le hacen sombra con una mirada indiferente y un Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xérès-Sherry” a su espalda. Aunque en realidad se le esté dando la espalda en ambos sentidos. Hoy, a través de mí, nos cuenta su historia antes de acabar reducida a escombros, de convertirse en polvo y desaparecer su imagen para siempre de nuestras retinas. En cuanto a su historia existen escasas referencias bibliográficas al respecto. No obstante, voy a citar una obra monográfica totalmente recomendable al público de mi estimado amigo y doctor en Historia del Arte, D. Fernando Aroca Vicenti, titulada De la ciudad de Dios a la ciudad de Baco: La arquitectura y urbanismo del vino de Jerez (siglos XVIII-XX). Una eminencia sobre este particular. Actualmente, este complejo bodeguero de propiedad municipal alberga unas salas de exposiciones y representaciones cuyo proyecto fue realizado por el insigne arquitecto D. José Esteve en 1863 donde se puede apreciar en el alzado cómo dos cuerpos de naves se unen mediante un muro de cerramiento del patio situado a menor altura. No sería hasta 1942 cuando se ejecutase un nuevo proyecto para la firma Blázquez con una cierta tendencia a la simplificación que habría que considerarla también en relación al entorno, pues la mayoría de las bodegas se inscribían en zonas de expansión apartadas del casco histórico, es decir, en el extrarradio de la ciudad y solían ubicarse en nuevos barrios con predominio de bloques de viviendas, evidentemente, exentas de alguna intención estética.

Cuando accedemos al interior del recinto nos damos cuenta de la intención de su monumentalidad con la presencia de amplios frontones con cornisas de piedra, ornamentos, ventanas con elaboradas rejas y otros elementos característicos de la Gran Bodega como máxima aportación al modelo industrial vernáculo por alcanzar unas dimensiones no tratadas hasta el momento. La elección de los materiales como el grosor de los muros y posición de vanos constituyen un factor indispensable para el microclima de la bodega ya que determinarán la temperatura adecuada. La superficie de la fachada principal está atestada de desconchones y engullida por una exuberante vegetación que cubre parcialmente el tejado como si de un manto verde se tratase. Entre los dos ventanales ubicados por encima de la entrada se advierte un letrero sobre unos azulejos que dice “Bodega Cream Sack” y su datación que frecuentemente aparece en estas fachadas se aprecia en las elaboradas rejas de las ventanas. En la ventana izquierda pone “año de” y en la de la derecha se debe interpretar de catapúm pues tanto el cristal como las rejas de la ventana han desaparecido en extrañas circunstancias. La configuración interior queda determinada por la disposición de unos pilares, que origina una distribución de naves donde en teoría iban colocadas las botas en hileras superpuestas, según el sistema de soleras. La anchura de las naves permitía el desarrollo de las faenas inherentes al sistema de crianza donde se necesitaba arrumbar aquellas botas de vinos jóvenes junto a las soleras.


Las suelen denominar como “Bodega Catedral”, partiendo quizá de las evocaciones de algunos viajeros románticos de la época decimonónica que las visitaron: por las dimensiones y caracteres, destacando su especial atmósfera interior que evoca a aquellos espacios místicos donde el silencio reinante invita a recorrerla en meditación. Ese lugar cargado de sensaciones ha acabado siendo un ataúd del sueño abandonado, un nicho donde refugiarse las almas de una sociedad hambrienta que solo desea su hueco. Había sido un almacén de la Inmobiliaria Reyal Urbis, S.A., que estaba colindante a su Delegación (emplazada relativamente cerca de los edificios de Manuel de la Quintana). Esta Delegación existía desde mediados de los 50 del pasado siglo XX hasta 2015, que fue devastada por la crisis del sector inmobiliario suscitada a partir de 2007 y que arrasó con ella, viéndose obligada a cerrar las puertas de sus oficinas en Avda. Alcalde Álvaro Domecq, núm. 4, en diciembre del año pasado. Durante seis décadas construyó y promocionó en esta ciudad y en poblaciones cercanas muchos edificios y urbanizaciones. Caracterizada además por promocionar buenos productos inmobiliarios con estándares de calidad.

En este sentido, con motivo de las obras de construcción de una promoción de viviendas en las que parcialmente mutilarán el complejo bodeguero de la calle Paúl, nos llegó un aviso inmediato de un vecino de la calle Manuel de la Quintana, núm. 2, de que los promotores de dichas viviendas tenían la maqueta del Edificio Manuel de la Quintana y se le ofrecieron a regalársela ya que de lo contrario sería destruida porque tenían la necesidad de dejar diáfana el casco de bodega para ser desmantelado y proseguir con el proyecto constructivo del mismo. Este vecino se puso en contacto con mi padre, administrador de las Comunidades de Propietarios de calle Manuel de la Quintana, para que valorase su recuperación y rescate con el fin de que la Comunidad de Propietarios de calle Manuel de la Quintana, núm. 2, pudiera exhibirla en alguna dependencia de dicho edificio. Consideró de total interés dicha recuperación y dio las instrucciones necesarias para que fuera salvada y trasladada a dicha Comunidad de Propietarios. Junto a esta maqueta había otras más arrumbadas, amontonadas y algunas realmente rotas de distintas promociones de Reyal Urbis, S.A. Así pues, sin más dilaciones, solicitó de nuevo a los señores responsables que le fueran regaladas para su recuperación. La solicitud fue admitida y por tanto entregadas con la única objeción de que fueran retiradas a la mayor brevedad posible. Estas fueron retiradas y trasladadas a su oficina de administración de fincas rústicas y urbanas para poder meditar el destino de las mismas.


Entre las maquetas había una de los terrenos en los que estuvo enclavado el antiguo cementerio de nuestra ciudad donde comparten colindancia con el Instituto Padre Luis Coloma y que sobre mediados de los 80 del pasado siglo XX se construyó distintas promociones de edificios con los nombres de las provincias andaluzas. Esta maqueta estuvo exhibida durante los últimos 10 años en el hall de entrada del palacete “El Recreo”, sede de la Inmobiliaria en Avenida Alcalde Álvaro Domecq, núm. 4. Consideramos efectuar la donación de la misma sin ningún tipo de contraprestación al Instituto de Enseñanza Secundaria Padre Luis Coloma pues con el tiempo, será un testimonio de primer orden con valor histórico para nuestra ciudad y que estará bien protegido en una institución pública como es dicho instituto al que le sobran fundamentos y méritos para conservar y cuidar un testimonio claro de su entorno, que a buen seguro representa el hogar de muchos alumnos que se sentirán seguramente muy identificados.


jueves, 12 de mayo de 2016

LAS MEMORIAS INÉDITAS DE D. CAYETANO DEL PINO Y VÁZQUEZ

D. Cayetano del Pino y Vázquez
Lo que voy a contar a continuación es un hecho verídico, dramático y completamente inédito. No se tuvo constancia de ello ni tampoco se le quiso dar mayor trascendencia ya que era un asunto tan delicado que atañería pues, directamente, al honor de unos pocos. Esos pocos eran personas relativamente influyentes y de reconocido prestigio social, pertenecían a una sucursal que defraudó dolosamente a nuestro ínclito vinatero cordobés, D. Cayetano del Pino y Vázquez, en aquel Jerez de finales del XIX y principios del XX. La entidad bancaria en cuestión era la de J. Navallas y Compañía, usando la denominación Banca de Jerez, casa de banca activa desde 1882 hasta 1900, ubicada en calle Caballeros nº 35 y en San Cristóbal nº 13. El director que regentaba la misma era D. José Navallas y Martínez, anteriormente estuvo de secretario interino en el Banco de Jerez, así consta en 1874, al suscribir la convocatoria para efectuar la liquidación del referido Banco. De cara al público se mostraba muy servicial al frente de una institución que tenía como fin garantizar el capital que se les había confiado a través de un contrato, pero realmente se trataba de un bribón disfrazado de persona decente con intenciones no del todo buenas. 

Así nos lo cuenta nuestro desafortunado, D. Cayetano del Pino y Vázquez, a través de unas memorias inéditas relativas a un pleito contra D. José Navallas y Martínez acusado por falsedad y estafa. Están recogidas en una colección de 42 volúmenes manuscritos e impresos datados de 1886 a 1909. Actualmente, se encuentran custodiados en los depósitos del Archivo Histórico Municipal entre los 2000 documentos aproximadamente datados del XIX y XX del fondo documental de Bodega Cayetano del Pino y Compañía. En mi búsqueda y deambular de libros, encontré dos volúmenes extraviados de esa misma colección. El primero que recuperé es el duodécimo tomo del apéndice volumen X intitulado Acusación en la Defensa (supuestamente una colección posterior al libro dedicado a S.M. el Rey D. Alfonso XIII) encuadernado, publicado en su imprenta particular reservada y con cuatro láminas ilustrativas que aparecen en sus demás obras. El segundo es el más fundamental de todos al ser un manuscrito inédito considerado el compendio de los demás apéndices y epítomes de la colección, contiene además el preámbulo común de los mismos y recibe el título de Proyecto en estudio del volumen único que deberá intitularse libro abierto á la justicia de un plebiscito formado por el severo juicio de la crítica.

Legado Bodega Cayetano del Pino y Cía
La sensación de unir las restantes piezas de este rompecabezas es una auténtica satisfacción personal porque se está colaborando a rescatar la memoria histórica de la persona y a su vez recuperando el patrimonio documental de la familia. Esta colección básicamente es un estudio del problema jurídico de la calumnia como coacción apoyada en defectos de la Ley, al margen del proceso judicial, evidentemente. Aunque sería más bien como una especie de reivindicación moral del autor en la que se recopilan una serie de documentos auténticos, copias, consultas, dictámenes, pleitos, comentarios, fotografías, recortes de prensa que sirven como demostración (siempre en calidad de pruebas) de las segundas coacciones de injuria y calumnia graves que mediante documentos falsos usados en juicio apelaría el mismísimo D. José Navallas y Martínez. La indignación de nuestro autor es tan patente en sus escritos que reflexiona en virtud de las sentencias del Tribunal Supremo y realiza dicho estudio con una doble intencionalidad:

A) Acusar a su rival defendiendo su nombre después de perder la hacienda, producto de su trabajo, en la impunidad de estafas y perfidias que amparaban el dolo de unas cláusulas de garantías.

B) Recuperar su dignidad y salvaguardar el honor de su familia (después de ser acusado falsamente) a través de la difusión de esos hechos en una serie de memorias inéditas que evidencian una clara conspiración para desprestigiar su honor sin escrúpulos ni pudor por una sociedad sin derecho natural, racional ni legítimo a considerarse civilizada.

Cayetano del Pino y Compañía
Evidentemente, era una época muy convulsa, de envidia, odio y rencor como resultado de esa competencia incipiente de una ciudad como es la nuestra que estaba en su máximo esplendor en relación con el comercio vinícola y su relativa importancia a nivel económico en la región. Es curiosa la conmoción que provocó este acontecimiento. Llegaron a ser copartícipes de este pleito personas tan ilustres como D. Pedro Gutiérrez de Quijano y Quintero y Fray Manuel Riesco, el prior del Convento de Santo Domingo en Cádiz, así consta en la lista de testigos que se presentan por la representación de D. Cayetano del Pino y Vázquez. Además, en sus obras hay una dedicatoria común y colectiva, en la que aparecen figuras tan destacadas como S.M. el Rey de España, D. Alfonso XIII, SS. AA. RR. los Príncipes de Asturias, el Excmo. Sr. Presidente del Tribunal Supremo e incluso el Excmo. Sr. D. Julio González Hontoria. Un hecho sin precedentes en plena época contemporánea y que nuestro autor se siente identificado con el pintor Apeles que fue citado a la corte de Tolomeo, rey de Egipto, por las falsas deposiciones de un rival e ilustró a aquel príncipe acerca de las maquinaciones de su enemigo, por medio de la más bella alegoría que ha podido crear el pincel del pintor o la pluma del poeta. La calumnia es la cuestión de su estudio.

La Calomnie de Sandro Botticelli
Al principio de sus volúmenes recurre a una obra pictórica de Sandro Botticelli denominada La Calomnie que retrata la Credulidad, con las orejas de Midas, ocupando el primer lugar sentado en un trono, y a su lado la Ignorancia y la Sospecha. La Credulidad tiende la mano en la Calumnia, que se adelanta hacia ella con el rostro encendido (ocupando el medio del cuadro) con una mano agita una antorcha y con la otra arrastra a la Inocencia por los cabellos (esta última se halla representada bajo la apariencia de una hermosa joven que levanta sus manos al cielo y lo toma por testigo del mal tratamiento que experimenta). Delante de la Calumnia marcha la Envidia con el rostro lívido, la mirada ambigua, acompañada del Fraude y del Artificio, de su exilio se vale para ocultar su deformidad. Cerca se distingue el Arrepentimiento bajo la figura de una muy afligida; están desgarrados sus vestidos, toda ella en actitud de desesperación y vuelve sus ojos bañados en lágrimas hacia la Verdad que se ve en el fondo y que avanza lentamente sobre los pasos de la Calumnia.

Satanás devorando pecadores en la cúpula
del baptisterio de Florencia
Una historia dantesca, con una cierta similitud a la primera cántica de Inferno de la Divina Comedia del poeta florentino Dante Alighieri, concretamente, al octavo círculo en el que se describe de manera alegórica a los consejeros fraudulentos. La persona que encarnará al poeta italiano será el periodista jerezano, D. Antonio Lechuga y Florido, autor del plano-mapa del término municipal de Jerez de la Frontera de 1897, conocido además por ser un hombre “polifacético” y con inquietudes políticas, culturales y comerciales, según nos cuentan los hermanos García Lázaro. Estudió las memorias inéditas de nuestro autor y le dedicó un artículo en 1905 titulado Una opinión para el plebiscito: la conseja del friso en el que describe de manera metafórica a través de la fantasía y la realidad la fotografía de un mueble de severa traza y estético conjunto, coronado por un friso que muestra esculpida la imagen del apócrifo emisario de satán sosteniendo una balanza que representa la lucha entre el bien y el mal, siempre contrapuesto a San Miguel en el juicio de las almas, según dice Antonio Aguayo Cobo. He aquí un fragmento del artículo donde se hace alusión a nuestro autor que aparece sentado en su despacho cuya imagen se ve reflejada en el espejo del misterioso mueble:

D. Cayetano del Pino y Vázquez
en su despacho
“Bien lejos andaría el ánima del gran Silvio Pellico, de aquella otra prisión donde purgaba sus andanzas el cínico héroe de nuestra historia, cuando en las altas horas de la callada noche, tras de una blasfema invocación, departía con un réprobo aparecido, falso sátrapa del averno, fijando las cláusulas de un pacto diabólico, mediante el cual eludir pudiera responsabilidades que á tan mísero trance le llevara.” Un enigmático jeroglífico descrito en pocas líneas aclaratorias que nos ofrece como consejo al juicio de los lectores. Finalmente, no estamos ante un hecho insólito a pesar de ser el primer caso de fraude bursátil en nuestra ciudad. Lamentablemente, nos ha tocado volver a esos tiempos donde los delitos financieros ahora están acompañados de la corrupción política entre otros.