martes, 17 de noviembre de 2015

EL ARCÓN DE BENAOCAZ DE MIS ANTEPASADOS

Nuestra familia tiene conocimiento de este arcón desde mediados del siglo XIX ya que perteneció a la bisabuela de mi padre que era de Benaocaz. Posiblemente lo heredara de sus padres.

Existen diversas opiniones sobre la datación de dicho arcón...

"El arcón es de fines del siglo XVIII, se conoce no solo por el herraje que los hacen nuevos y les ponen herrajes de época sino por los canes que lo sustentan, el papel que lo forra, el embrimachado de las uniones, etc."

"Yo diría mediados del 19, el papel para mí es claramente papel de empapelar paredes tan popular en los años 20. El cierre del arcón no es el original, la cerradura sí. Nada más hay que ver el finísimo acabado y esmaltado del cierre.

El machihembrado de las juntas no sé yo donde lo habrá visto porque yo al menos con la capa de barniz que algún excelente carpintero le ha dado no veo nada. Solo se ve una junta... la tapa del arcón es la única que nos puede llevar a confusión. Yo lo dataría por lo más fiable, la cerradura, siglo XIX."

UNA BREVE CORRECCIÓN AL ESTUDIO SOBRE ISIDORO DE ANTILLÓN Y MARZO EN LA OBRA DE GUILLERMO BOTO: NOTICIA SOBRE CÁDIZ Y SU ISLA, POR EL BARÓN DE FÉRUSSAC (AÑO DE PUBLICACIÓN)

Descripción: Isidoro de Antillón y Marzo fue un diputado doceañista, jurista, geógrafo, naturalista y periodista aragonés, mártir de la Constitución gaditana, nacido en Santa Eulalia (Teruel), autor entre otras obras del primer atlas español: "Elementos de la Geografía astronómica, natural y política de España y Portugal" (Madrid, 1824), según el autor Guillermo Boto.

Entre mis libros encuentro otra fecha que es anterior a la que se cita en dicho estudio sobre la obra en cuestión: Madrid, 1808.

En este sentido podríamos inducir que la obra que consultó Boto pudiera ser una tercera edición y no una primera.

EN BUSCA DEL MISTERIOSO PERSONAJE GADITANO DE LA ÉPOCA DECIMONÓNICA: FR. F. DE CÁDIZ

Hace bastante tiempo adquirí en Jerez un libro del año 1716 titulado "Historia de la vida, virtudes y milagros de San Pedro González Telmo de la Sagrada Orden de Predicadores", escrita por Fr. Fernando de Pineda de la misma Orden, hijo del Real Convento de San Pablo de Sevilla.

En su corte delantero descubrí con sorpresa el nombre escrito de una persona: "Fr. F. de Cádiz".

Todo apunta a que sea el capuchino fray Félix de Cádiz (José Félix Longinos Arriete y Llano) nacido en dicha ciudad el 11 de marzo de 1811, en la calle San Miguel número 8. Ingresó en el Convento de Capuchinos menores de Cádiz hasta que en 1836 fue decretada la exclaustración de las órdenes religiosas. El padre Félix tuvo que acogerse durante varios años a la caridad de algunas familias gaditanas.

Su labor pastoral en la ciudad de Cádiz y, posteriormente en El Puerto de Santa María y Málaga, hicieron que la Reina Isabel II lo propusiera para el arzobispado de Cuba, lo que fue rehusado humildemente por el sacerdote gaditano.

A la muerte del obispo Juan José Arbolí y Acaso fue propuesto para la silla gaditana. Cuenta el padre León y Domínguez que fray Félix, al conocer la propuesta, estuvo largo tiempo arrodillado ante la Virgen del Rosario para finalmente aceptar la designación.

Su padrino fue el Príncipe de Asturias

TRAGEDIA EN EL RÍO GUADALETE: EL PUENTE DE BARCAS DEL PUERTO DE SANTA MARÍA (14 DE FEBRERO DE 1779)

La tragedia inédita está descrita en el libro titulado "NARRACION VERDADERA DEL ESTRAÑO SUCESO, ACONTECIDO EN LA RIA, Y PUENTE DE BARCAS DEL PUERTO DE SANTA MARÍA, EN EL DIA XIV DE FEBRERO DEL PRESENTE AÑO DE 1779, que fue el que señalò la Superioridad para bendecirlo: QUE PRESENTA A LA MEMORIA, Y LASTIMA CHRISTIANA el zelo de un afecto, dolorido de sus Desgracias; REDUCIDA A LA EXPLICACION DE LAS SIGUIENTES OCTAVAS", en el que se contiene el rezo de dichas octavas (combinaciones métricas de ocho versos endecasílabos, en que los seis primeros riman alternamente y los dos últimos forman un pareado).

En primer lugar, se citan en el texto algunas catástrofes acaecidas en España: un incendio que abrasó el Coliseo de la ciudad romana de Caesar Augusta (Zaragoza), un terremoto sucedido en Granada, un tsunami que arrasó en Valencia y un venerable templo que ardió en llamas en la ciudad de Burgos de Osma.

"La inauguración del puente fue el martes 14 de febrero de 1779 a las once de la mañana para lo que se prepararon una serie de festejos civiles (teatros y comedias, bailes, corridas de toros, etc.) y religiosos a las que debía asistir el propio Capitán General y su familia. Debido a la afluencia de tanta gente que para ver mejor se ubicó encima de las compuertas móviles, éstas y sus cadenas cedieron cayéndose al río gran número de personas. La tragedia fue terrible contándose más de cien personas fallecidas no siendo su número mayor gracias a que prontamente se dispusieron de lanchas y otros medios para socorrer a muchos de los accidentados" - El puente de San Alejandro de El Puerto de Santa María en 1779. Nuevas aportaciones para su historia, de José Manuel Baena Gallé.

Sin más dilaciones explica lo acontecido en el Puerto de Santa María (Cádiz):

Un 14 de febrero, día de los enamorados, de 1779 en el Puerto de Santa María, se inauguró un puente levadizo de madera que atravesaba el río Guadalete:

XII.

"Pareciendo preciso, ò conveniente,
para el recreo, adorno, y hermosura
del Puerto, y sus vecinos, una Puente
se hizo en su Ria de una estraña hechura:
Atravesaba toda su corriente,
que en liquidos cristales se apresura,
combatiendo sus olas lisongeras
en leños embreados, y maderas."

XIII.

"Eran ligadas Barcas su cimiento,
y en ellas afirmò el Arte estudioso
otro segundo, donde hacia asiento
de Tablones el peso poderoso:
Esta instable muralla, á quien el viento
combatia, y el Fluxo proceloso
de las aguas del Mar, en su destino,
senda franqueaba, y plàcido Camino."

XV.

"Esta màquina hermosa, y celebrada,
por discurso del Arte, y gallardìa,
parece ser, que fue finalizada
para el catorce de Febrero dia:
Fue de Facultativos registrada
por si es, que falsedad en ella havia;
no la hallò la pericia mas selecta,
con que se diò por buena, y por perfecta."

A grosso modo el puente de barcas era una hilera de barcas de madera ancladas al fondo y sujetas entre sí por garfios de hierro para paliar el efecto de las mareas.

Era un puente de dos plataformas (cada una de ellas se alzaban en dirección opuesta) y estaba destinado al tráfico marítimo:

XIV.

"Dividian su transito, y carrera
en el medio dos Puentes levadizas,
que abrian, siempre que oportuno era,
ligero curso à las espumas rizas:
Yà le cruza una Lancha lisongera,
yà le surcan tal vez advenedizas,
ò con su quilla le registra el suelo,
ligero Vaso, ò leve Navichuelo."

En el acto de bendición asistieron personas de todos los estamentos sociales y lugares de la Provincia de Cádiz:

XVI.

"Con catolico, grato rendimiento,
la Superioridad tubo advertida,
el moràl, y piadoso pensamiento 
de que ante todo fuese bendecida:
Para tan justo fin, y cumplimiento,
su politica quiso prevenida
combidar, con afectos diferentes,
mucha Nobleza, y calidad de gentes."

XVII.

"Al Clero combidòse respetoso,
para dar à la fiesta admiraciones;
à todo Personage decoròso,
y de Santo Domingo à los Varones:
Viòse un concurso pleno, y numeroso,
digno de obsequio, y graves atenciones,
porque vinieron, para hacerle cierto,
gentes de Cadiz, de Xeréz, y el Puerto."

XVIII.

"Diversas filas eran de Soldados,
las que en la Puente la quietud zelaban;
estos, marciales, prontos, y formados,
ordenes, y preceptos observaban:
A las puertas estaban retirados,
pues el resto al concurso franqueaban,
que fue en muy breve espacio (ò, suerte dura!)
tràmite infausto de su sepultura."

XIX.

"Entrò la Clerecìa respetable,
y un Superior tambien, devotamente,
à celebrar un acto tan loable,
tan justo, tan sagrado, y reverente:
Acompañòles la Orden Venerable
de Dominicos, grave, y tiernamente;
la Superioridad, y la Justicia,
docto Congreso, ò Junta de pericia."

XX.

"Otros varios sugetos, y Señores
de Empleos, y destinos singulares,
para aumentar à su concurso honores,
tambien entraron con Particulares:
En la ribera havia espectadores;
varias Señoras, varios Militares,
y Plebe, congregada sin bullicios,
que presenciò, infelices precipicios."

Por desgracia las cadenas del puente levadizo se rompieron y cayeron al río todas las personas que se hallaban en mitad del tránsito:

XXI.

"Estando en esta accion, de gozo llenas,
permitiò la desgracia, ò quiso el Cielo,
que de las Levadizas, las Cadenas
se rompiesen de pronto (Ah, desconsuelo!)
Aqui fueron los sustos, ansias, penas,
los clamores, congojas, y desvelo,
al verse sumergidas tantas gentes
de la Ria en las rápidas corrientes."

XXII.

"No puede, ni mi Pluma, ni mi labio,
de este instante infelìz, de este momento
(sin que se le haga à la expresion agravio)
referir el inmenso sentimiento:
Lo que no explique, suplamelo el Sàbio
con las ideas del entendimiento,
y figure las lastimas, y penas
en la Puente, la Ria, y las Arenas."

XXIII.

"Alli lucha, muriendo un Sacerdote,
con el Fluxo del Mar embravecido;
mas allà un Capitan, porque se note,
que hoy à Neptuno, Marte està rendido:
De otros muchos, las olas son azote,
sin que alguno à ser llegue preferido,
pues no se libran de su enojo ayrado,
ni el Noble, ni el Plebeyo, ni el Soldado."

Algunos intentaron socorrer a las víctimas que se hallaban cerca de la orilla pidiendo auxilio. Otros, sin embargo, sacaron como pudieron los cuerpos sin vida de los que habían fallecido (que después se les daría su debida sepultura):

XXIV.

"Yà para socorrer los afligidos,
que entre las aguas miran naufragando,
hombres varios se arrojan, revestidos
de la piedad, y sacanlos nadando:
Otros en ellas yacen sumergidos,
entre angustias, y sustos espirando,
quando otros salen con diversas Barcas
à ponerse à las iras de las Parcas."

XXV.

"Sacaron, recogieron, y libraron,
todos quantos pudieron los piadosos;
en los Templos los muertos enterraron,
con caridad, y afectos lastimosos:
Todos los vivos, la piedad usaron
en los asuntos dichos, virtuosos,
pues para no acordar las pompas vanas,
con lenguas, fueron mudas las Campanas."

El personal sanitario también asistió a los afectados y el número de muertos era incalculable, al igual que el de los heridos y las personas desaparecidas:

XXVI.

"Medicos, Cirujanos, Sangradores,
Curanderos, en fin, y Boticarios,
orden tubieron de los Superiores,
para asistir à los Enfermos varios:
Baxo apremios diversos, y rigores,
se mandó, no admitiesen sus salarios,
pues por zelo, y amor à obra tan pia,
el General, puntual les pagarìa."

XXVII.

"Esto asi satisfecho, y efectivo,
para consuelo de otras desventuras,
varias Limosnas hizo compasivo
en Pobres, del Señor, vivas hechuras:
De su retibucion son atractivo,
qual lo confiesan varias criaturas;
dichoso del que emplea con esmero
en semejantes Obras su Dinero."

XXVIII.

"Los lastimados fueron infinitos;
los muertos no se saben con certeza,
el Señor Santo, quiera que contritos,
gocen del Cielo la elevada alteza:
A todos les redima sus delitos,
perdonando sus culpas, y flaqueza,
y à nosotros nos libre de igual daño
el exemplo moràl del Desengaño."






viernes, 13 de noviembre de 2015

ACCIDENTES FERROVIARIOS GRAVES EN ESPAÑA: EL DESCARRILAMIENTO DEL TREN CORREO EN CÁDIZ (1879)



Grabado de una fotografía remitida por D. Emilio Rocafull al Diario
del descarrilamiento del tren correo en Cádiz el día 9 de mayo de 1879

Entre los accidentes ferroviarios más graves acontecidos en la década de 1870 en España se encuentra el ocurrido a las diez de la noche del viernes día 9 de mayo de 1879 en el sitio denominado El chato, cercano a la entrada de la ciudad de Cádiz, donde descarriló el tren correo procedente de Madrid a causa de haberse llenado la vía de una gran cantidad de arena por un torbellino. Acabó con cinco víctimas mortales y ocho más heridas.

La Correspondencia de España recibió la noticia y detalles del siniestro ocurrido en la línea férrea cerca de Cádiz el miércoles día 14 de mayo. (1)

El corresponsal del diario escribió la siguiente carta el sábado día 10 de mayo en la que narra con exhaustivo detalle los escalofriantes hechos acaecidos de la noche anterior:

A las diez de la noche del viernes, y al llegar el tren correo al sitio denominado El chato, á seis kilómetros de esta ciudad, descarriló la máquina rompiéndose las amarras, cayendo al terraplen que es de curtísima elevacion, y quedando enterrada en la arena hasta la mitad de ella. Los coches con la velocidad que llevaban deshicieron el furgon de equipages, un coche de tercera y otro de segunda no quedando entero del primero mas que la techumbre. Afortunadamente en éste solo venian 40 sacas de la correspondencia para La Habana, y en el segundo de tercera se han salvado milagrosamente los viajeros, quedando suspendido y con grandisima inclinacion hácia el terraplen. Debajo de este coche apareció formando un monton entre las primeras ruedas los cadáveres de un hombre, dos mujeres y un guardia civil de primera que en la ultima estacion tuvo la mala suerte de cambiar de coche por custodiar más de cerca la correspondencia. Cogida por el hombre y por la rueda del wagon estaba aun con vida una de las hijas de la mujer que yacía muerta descansando precisamente su cuerpo sobre el cadáver de su madre.

La escena que se presentó á nuestra vista, no hay palabras con qué esplicarla: los gritos y lamentos de la infeliz daban á entender que debajo del coche se encontraba algun viajero con vida: pero los trozos de los demás coches, hacian imposible penetrar donde se encontraba la infeliz. El señor gobernador, así como el señor alcalde y secretario del gobierno, acompañados del jefe de órden público y fuerza á sus órdenes, dieron oportunas disposiciones, pudiendo conseguir, no sin grandisimo trabajo, el médico D. Rafael Diaz Rocafull y con esposicion de su vida, llegar hasta donde se encontraba la herida, acompañado de algunos practicantes del hospital de San Juan de Dios; no era posible: volcar del todo el coche que estaba suspendido sobre el terraplen, pues al desprenderse algunos de los hierros hubiese muerto aquella infeliz; el Sr. Rocafull, que merece todos nuestros elogios, consiguió por fin desasir aquella infeliz mujer de la rueda que la oprimia el hombro, colocándola en una camilla y en el tren de auxilio para conducirla al hospital; en medio de sus lamentos pedia que sacasen á su infeliz madre, que sin duda por la coincidencia de estar ella encima de su cadáver no supo que habia muerto.

Como el descarrilamiento ocurrió tan cerca de esta ciudad, la mayoria de los viajeros unos á pié y otros en los carruajes que venian de San Fernando, llegaron á esta ciudad, no quedando en el sitio de la catástrofe más que dos heridos y algunos contusos á quienes hicieron la primera cura los Sres. Rocafull y ayudantes que llevaba.

De los ocho heridos que han entrado en el hospital cuatro han salido para sus casas quedando los otros cuatro pero no de gravedad.

Al sitio de la ocurrencia acudieron el juez de primera instancia de Santa Cruz, promotor fiscal, administrador de correos y demás funcionarios de la administracion.

Desde los primeros momentos se presentaron los tenientes de alcaldes señores Tones y Cuarteroni, inspectores de órden público y varios médicos que acompañaron á las autoridades prestando auxilio: entre ellos recordamos á los Sres. Marenco, Vilches, Moreno Alsina, Torres, Villaoscusa y otros varios. En el hospital se encontraban los Sres. Llacanete y Benjumeda.

El juzgado empezó á instruir las oportunas diligencias sobre el terreno, y los jefes de la guardia civil allí presentes, secundando las órdenes del señor gobernador civil, y auxiliados de los individuos del cuerpo de órden público, municipales y empleados del ferro-carril, así como del jefe de la estacion Sr. Bobadilla y del señor D. Francisco Dolarca, agente comercial de la empresa, procedieron en el acto á estraer todas las sacas de la correspondencia para Cuba, conduciéndose los muertos al depósito del cementerio.

Los equipages, así como algunos efectos de valor que se encontraban diseminados por el suelo, estuvieron custodiados por fuerza de la guardia civil, teniendo que hacerse el trasbordo del tren-correo, que ha salido esta madrugada.

Un estranjero que venía en el segundo coche perdió el tren en San Fernando, teniendo que tomar una calesa en la que llegó á Cádiz, salvándose por lo tanto de una muerte casi segura.

El conductor del tren, que venía en el furgon de equipajes, se ha salvado milagrosamente, así como el maquinista y fogonero á los que despidió la máquina, viniendo á caer sobre el arenal con solo ligeras contusiones.

El señor gobernador militar dispuso inmediatamente un servicio completo de camillas.

De Jerez salió otro tren de socorro con operarios de la línea, y el director de la misma en un tren express de Sevilla, acompañado del Sr. Pol, ingeniero de traccion, y del Sr. Darjent, de vía y obras, empezando inmediatamente los trabajos para dejar espedita la via, cuya dificil operacion ha sido llevada á cabo con una celeridad inesplicable, pues á las doce del dia estaba despejada la línea.

Los Sres. D. Enrique Boucherant, director de la línea, y D. Francisco Llolarea, han visitado en el hospital á los heridos: la mujer herida que se estrajo de entre las ruedas se encuentra algo mejor.

Los heridos que quedan en el hospital son: Manuel Barrena Marin, José Salgueiro Ríos y Maria, Luisa, Dolores y Gertrudis Garcia.

La version más autorizada que corre respecto á la causa del descarrilamiento es la de haberse llenado la via de una gran cantidad de arena por una manga de viento.

Los equipages se han encontrado completamente revueltos con las ropas y efectos, pues los mundos y maletas se han destrozado. (2)



Hundimiento del pontón Alabern en el acto de pasar el tren de Granollers, en ocubre de 1863
(dibujo remitido por uno de los viajeros) en la revista española El Museo Universal


Para saber más:

(1) Periódico vespertino publicado en Madrid, de ideología conservadora fundado en 1859 por Manuel María de Santa Ana y desaparecido en 1925, desbancado por El Imparcial.

(2) La Correspondencia de España. 14-05-1879, portada. Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España (BNE).



lunes, 9 de noviembre de 2015

LA CARTUJA EN EL RECUERDO NUNCA PERECERÁ (colaboración de Francisco Jordi Sánchez)



Francisco Jordi Sánchez, autor de la poesía
y un gran amante de su tierra natal

En 2001 mi padre, Francisco Jordi Sánchez, publicó la siguiente poesía en el Diario de Jerez, con motivo de la salida de los cartujos de Jerez. Mis abuelos tenían una finca en Montealegre, fueron muchos los recuerdos...




http://www.entornoajerez.com


Qué sola te quedas Cartuja,
qué triste se queda mi alma.
El río que ciñe tu cintura
se llevará mis lágrimas,
por no volver a escuchar
el tañer de tus campanas.

Bronce que llamaba a Maitines
entre el centellear de los luceros,
que resplandecientes como candiles
iluminaban tu silencio.

Repiques a Laúdes despertaban la vega,
ahora Montealegre y Lomopardo
dormidos en sueños quedan.

Y en el ocaso... 
Vísperas nos enseñaban:
qué efímera es la vida,
qué rápido el tiempo pasa...
hoy estamos aquí,
no sabemos si mañana.




http://www.entornoajerez.com


Que todo sea permanente
es una gran falacia.
Pero qué fría es la piedra
por bien que esté cincelada.

La Cartuja sin cartujos
es polvo, no es nada,
es noche sin luceros,
es día sin alba,
es tarde sin ocaso...
si no tañen sus campanas.